Los mayores placeres de la vida son cosas pequeñas, ¡como las croquetas! El pasado 16 de enero celebramos el Día Internacional de la Croqueta con dos recetas que harían babear a cualquier #croquetalover que se precie: de calçots con panceta ibérica y de cordero con cebolla confitada.

Ingredientes

para la bechamel

  • Leche fresca
  • Crema de leche
  • Pimienta blanca
  • Sal
  • Mantequilla
  • Harina
  • Dos yemas de huevo

Ingredientes

para el relleno de calçots

  • Calçots cocidos
  • Panceta ibérica

Ingredientes

para el relleno de cordero

  • cordero cocido
  • Cebolla confitada

Elaboración

Empezaremos elaborando la bechamel, que es la base de todas las croquetas. En una cazuela pondremos la misma cantidad de leche fresca y crema de leche, una pizca de pimienta blanca y un puntito de sal.

En otra, haremos el Roux. Calentaremos un poco de mantequilla y añadiremos la misma cantidad de harina. Cuando la harina esté cocida, incorporaremos dos yemas de huevo, que aportarán un extra de cremosidad a nuestra bechamel. Cocinaremos el Roux durante 15 minutos a fuego lento sin dejar de remover.

Cuando la leche y la crema de leche lleguen al punto de ebullición, es el momento de juntar todo en la cazuela de la Roux y remover durante 20 minutos para que coja consistencia.

¡Es el turno de los rellenos de nuestras croquetas!

Para elaborar la croqueta de calçots, cortaremos la panceta en dados pequeños y la cocinaremos.

Cortaremos los calçots en brunoise (¡cortes muy pequeños!) y cuando la panceta esté bien tostada, lo juntaremos con la bechamel.

El relleno de la croqueta de cordero es aún más fácil. Ya tenemos la cebolla y el cordero cocidos, así que sólo será necesario añadirlos a la bechamel y dejar que fluyan todos los sabores.

Una vez tenemos las masas, las dejamos enfriar tapadas con papel film ( “a piel”) en la nevera durante 24 horas.

Y … llega la hora de la verdad: vestir las croquetas con un buen rebozado. Te damos alguna idea además del pan rallado de toda la vida, que hacen elevar el sabor de las croquetas a un nivel casi divino.

Si no conocéis el Panko, os aseguramos que se convertirá en un imprescindible en vuestra cocina cuando lo probéis. Es una especie de pan rallado japonés que queda de lo más crujiente al freírlo.

Y, ¿qué nos decís de añadir bacon deshidratado al tradicional pan rallado? El resultado será una croqueta de otra galaxia!

Cocción

Finalmente, freiremos las croquetas con el aceite a 180 grados. Es importante controlar la temperatura para que no se abran.

Cuando estén hechas, las pasamos a un papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.

Y voilà, ahora sólo queda disfrutar de cada bocado de estas espectaculares croquetas! Atención: avisamos de que pueden ser altamente adictivas!

 
 
 
 
 
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